Mercoledì 25 Giu 2008, 14:55
Crónica sacada de metal4all.net
Segunda jornada de la primera edición del festival Kobetasonik, uno de los eventos rockeros más grandes del año en nuestro país. Tras la descarga el día anterior, viernes 20, de bandas como Helloween, Ministry, Slayer o Judas Priest, le tocaba el turno a la segunda tirada de grupos, teniendo a los norteamericanos Kiss como principal aliciente.
Siendo esta la tercera vez que visitaban España en su historia y no habiéndolo vuelto a hacer desde 1997, la expectación por ver al “Beso” era máxima. Desde primeras horas ya se podían ver multitud de fans con la cara pintada como sus héroes guardando sitio en las primeras filas al más puro estilo de los años ´70, la época dorada de la banda.
El emplazamiento del Kobetasonik es genial en cuanto a paisaje, ya que está en pleno monte de Konetamendi, entre la naturaleza, pero ofrecía algunos contratiempos para el público, como eran los lógicos desniveles en el suelo, el polvo, la tierra, etc. Aun así la zona permitía una perfecta distribución en forma de L de los dos escenarios, estando cada uno en un extremo de la letra y separados por una montaña rocosa.
En cuanto a los servicios que el festival ofrecía, hay que destacar que en líneas generales están bien, pero presentaba puntos flacos, especialmente en cuanto a la poca cantidad y limpieza de WC´s y a la escasez de contenedores para la basura. Como otros festivales españoles, el Kobetasonik contaba con las correspondientes plataformas para minusválidos en los dos escenarios y con una gran carpa para que aquellos que quisieran seguir la fiesta tras los conciertos pudieran hacerlo escuchando a sus grupos favoritos.
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Sin duda, la peor parte del festival se encontró en el acceso y posterior salida del mismo. Cierto es que la organización dispuso una gran cantidad de autobuses para la ocasión, pero también que miles de personas vinieron en viajes organizados y tuvieron que esperar horas a la intemperie para que la policía dejase pasar también sus autobuses. Según me pude enterar, la prioridad que la policía daba a los buses organizados era: por cada 3 buses del Kobetasonik, 1 de viaje organizado, pero me consta que esta reparto no se dio así, ya que pude contar más de diez buses del Kobetasonik seguidos sin que pasara ni un bus de viaje organizado. En este sentido si que hay que reprochar a la organización esta desorganización, valga la redundancia, ya que muchas personas tuvieron que esperar incluso con tiendas de campaña y demás equipaje encima. Para próximos festivales en el monte de Kobetamendi, por favor busquen una solución a este problema que beneficie a todos.
Una vez expuesta mi visión general sobre la organización y el recinto en sí, voy a comenzar a describir lo que fue la actuación de los grupos del festival.
Primero quiero señalar que, por desgracia, no llegamos a tiempo para presenciar la actuación de los ochenteros Tigertailz ni de los vascos Lazten, ya que el viaje era largo y nuestros distintos compromisos nos impidieron llegar antes. Pero a partir de estos pudimos formar parte de la comunidad metalera que vibró con todos y cada uno de los conciertos, y aquí os lo contamos.
La primera banda cañera en salir al escenario del Kobetasonik, fueron los americanos Death Angel , muy esperados por un amplio sector del público, ya que muy pocas fueron las oportunidades, hasta el momento, de ver a esta legendaria banda de Thrash Metal americano en nuestro país.
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Death Angel dieron un show realmente potente y no dejaron títere con cabeza. Los crujientes riffs que salían de las guitarras de Ted Aguilar y Rob Cabestany hicieron que moviésemos las cabezas al más puro estilo thrash, no sin sus dosis de prudencia ya que estábamos ante las primeras actuaciones de una larga lista de conciertos.
Su show de unos cincuenta minutos se basó, como no podía ser de otra forma, en su último disco “Killing Seasons”, lleno de pepinazos directos a la yugular como “Lord Of Hates” o “Beatdown”. Los asentimientos de cabeza y las risas de complicidad entre colegas era la nota predominante y sin duda fueron el mejor pistoletazo de salida para la bacanal de rock y metal que nos esperaba.
Llegaba el turno ahora de los deathmetaleros Obituary . Mucha era la expectación que se respiraba ante la actuación de John Tardy y los suyos, y es que Obituary son por méritos propios una leyenda viva del Death Metal más clásico.
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Un gran telón de fondo con la portada de su último disco “Xecutioner´s Return” gobernaba un escenario donde Ralph Santolla y Trevor Peres nos aplastaron con esos riffs tan densos y característicos de los de Florida. Muchos quisieron imitar los alaridos de John Tardy pero fueron pocos los que lo consiguieron. Por supuesto y en un setlist muy de los últimos tiempos, tocaron unos cuantos clásicos imprescindibles como “World Demise” o “Solid State” al lado de los “Show Death”, “Face Your God” o “Lasting Presence” de sus dos últimos discos, que consiguieron, que si bien no hubiese el mismo movimiento que con Death Angel, los aplausos sí fueran más rabiosos.
Muy buena actuación de Obituary que confirmaron ante la audiencia de Bilbao que no hay nadie que suene tan rudimentario pero increíblemente eficaces como ellos. Algunos dirán que hacen un show aburrido por aquello de que la música es muy pesada y monótona; no les faltará razón, pero… ¿qué grupo Death se puede permitir el lujo de hacer lo mismo y triunfar de esta manera?
Momento ahora para presenciar el show de la primera banda realmente grande de esta jornada del Kobetasonik: los suecos Arch Enemy, quienes no estuvieron a la altura de las expectativas. Tocaron en el escenario grande y ante una gran audiencia expectante por ver qué hacían la rubia Angela Gossow y los suyos.
Excepto las primeras filas repletas de fans, el resto de la concurrencia estaba un poco más a la expectativa, muchos aún recuperándose de los golpes llevados en el concierto de Obituary.
El sonido “enlatado” de Arch Enemy no ayudó demasiado a que el personal se animara algo más, y entre este sonido bastante deficiente y una Angela que sólo parecía emitir gritos embarullados, sólo nos quedó disfrutar con las guitarras de los hermanos Amott, que estuvieron magistrales, como siempre, con sus riffs melódicos y solos que sí se escuchaban muy altos, al igual que el potente doble bombo de Daniel Erlandsson.
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Aún así, temas como “The Last Enemy” o “Revolutions Beguins”, de su última obra “Rise Of The Tyrant”, junto con otros como “Nemesis” o “We Will Rise” de sus anteriores discos, siempre hacen que muevas irremediablemente tus pies y tu cabeza. Pero hay que ser justos, y Arch Enemy fueron una de las pocas decepciones del día, no por la profesionalidad o calidad de la banda, que es mucha, sino por un sonido donde primó lo “alto” sobre lo “claro”.
Tras estos, las primeras filas del escenario 2 se empezaron a llenar de público latino para presenciar de cerca la descarga de Brujería , quienes comandados por un Juan Brujo muy motivado dieron el show extremo de la tarde.
La banda salió al escenario “tapada” con pañuelos y vestida con unos “vaqueros mexicanos” de película de Tarantino.
La música de Brujería incita al movimiento, a los pogos, a revolcarse por el suelo…y así fue. Concierto cargadito de temas de los tiempos del “Raza Odiada” y “Matando Güeros” que provocó el delirio de algunas personas que recitaban frases ininteligibles de proclamas zapatistas, satanistas y narcóticas.
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Comenzaron de la mejor manera posible, con la intro “Raza Odiada (Pito Wilson)” y el tema “Revolución”, toda una declaración de intenciones. No faltaron clásicos del “horror mexican Death” como “Hechando Chingasos”, “El Patrón”, “La Migra” o “Matando Güeros”. Tras una cantidad de canciones bastante considerable, aunque todas ellas de corta duración, acabaron con “Marihuana”, el remake del “Macarena” y que desde luego no fue lo mejor del show. Bastante prescindible, la verdad. Buen sonido, mucha fiereza y ante todo actitud. No daba un duro por ellos y me dieron la sorpresa del día.
Tocaba ahora disfrutar ni más ni menos que de Tesla . Esta genial banda de Hard Rock dio un conciertazo como siempre y se metió al público en el bolsillo con sus rockeros riffs y su desenfadada actitud en escena. Jeff Keith se salió y cantó a la perfección temazos como “Comin´ Atcha Live”, con el que abrieron, “Into The Now” o “Little Suzi”. Cuando llegó “Love Song” todo el público cantó sin escatimar en esfuerzos y con Heaven´s Trail (No Way Out)” y “Edison´s Medicine” hasta los miembros de bandas como Death Angel o Arch Enemy (quienes estaban viendo la actuación en la parte trasera del escenario) no pudieron reprimir sus ganas de moverse y cantar. Cerraron su actuación de manera magnífica con su clásico “Modern Day Cowboy”. Sin duda, Tesla no defraudan en directo. Ojalá sigan así muchos años más.
Nuevo cambio de escenario, en este caso hacia el escenario 1, para ver a un auténtico “guitar hero” como es Michael Schenker. Al frente de su reformado Michael Schenker Group , la expectación por ver al rubio guitarrista acompañado de nuevo por Gary Barden a la voz era máxima, y si no que le pregunten al insigne Fito Cabrales, quien no se perdió detalle del concierto de MSG desde la torre reservada al público invitado y la prensa. M.S.G. llevó a cabo una actuación correcta sin más. Con un repertorio integrado por una mezcla de clásicos y nuevas composiciones la banda supo llevar la actuación pero sin excesiva brillantez. Joyas como “Cry For The Nations” o “Armed And Ready” nos trajeron de vuelta al mejor Michael Schenker Group de primeros de los ´80, mientras que temas nuevos como “I Want You” y “Night To Remember” nos dejaron claro que actualmente pueden dar mucho de sí. Michael Schenker se mostró bastante estático en general en todo el concierto, pero lo suplió con cantidades industriales de técnica y saber hacer en la guitarra eléctrica. De UFO, como no, cayeron “Doctor, Doctor” y “Rock Bottom” con la que pusieron punto final a su concierto.
Vuelta al escenario 2 para presenciar la actuación de Europe . Nadie podía evitar la curiosidad por ver cómo respondía la banda en general y John Forum en particular tras la reciente perdida de su esposa, Michelle Meldrum. Por suerte para nosotros, Norum fue todo un profesional y demostró una enorme fuerza moral sabiendo sobreponerse a sus problemas personales para darnos lo mejor de si en esta actuación. De esta manera, el público pudo disfrutar de éxitos como “Rock The Night” o “Carrie” y nuevas canciones como “Always The Pretenders” interpretadas perfectamente por todos los miembros del grupo. Aparte de Norum, destacar como siempre a Joey Tempest quien sigue siendo el carismático y fantástico frontman de siempre y quien supo meterse al público en el bolsillo desde el primer momento. El protagonismo del final, como de costumbre, lo acaparó la archiconocida “The Final Countdown” y su inconfundible línea de teclado. Esperemos que vuelvan pronto por nuestro país con su propio show.
Ya con el cielo totalmente oscurecido salía a escena DIO en el escenario 1. El pequeño “Elfo” tuvo una enorme audiencia, aunque hay que reconocer que algunos de los que se acercaron a verle principalmente querían coger un buen sitio para ver a Kiss, lo que se deducía de su estatismo durante la actuación de DIO. Aún así muchos eran los que disfrutaron del conciertazo que este pequeño gran hombre dio. Arrancando con “Holy Diver” y “Killing The Dragon” la banda se dejó la piel en el escenario. Se les veía muy motivados ante la gran cantidad de público existente. Incluso el habitualmente soso Craig Goldy se mostró mucho más extrovertido y activo tanto en la actuación en general como en su solo. “Don´t Talk To Strangers” y “Sacred Heart” nos llevaron de vuelta a los ´80 y nos hicieron confirmar de nuevo que Ronnie James Dio no es de este planeta. ¡¡Qué voz señores!! ¡La sigue manteniendo en unas condiciones envidiables a sus 217 años! Viéndole en el Kobetasonik me quedo tranquilo porque estoy seguro de que aún tenemos DIO para muchos años. Su éxito “Rainbow In The Dark” dio paso a una de las sorpresas de la noche, la añeja “Temple Of The King”, que fue directamente empalmada con “Kill The King” ante la locura de los asistentes. Tiempo para otro temazo de su producción en solitario, como es “Rock N´Roll Children”, en la cual los teclados de Scott Warren por desgracia apenas se oyeron, lo cual restó puntos a la interpretación de esta joya de canción. Para el final se reservaron dos clasicazos de Rainbow y por lo tanto de la historia del Hard Rock: “Man On The Silver Mountain” y el himno “Long Live Rock N´Roll”. Soberbia actuación de DIO, quienes justificaron su alta posición en el cartel del Kobetasonik.
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Bastante gente se volvió al escenario 2 para presenciar el concierto de uno de los platos fuertes de la noche, los alemanes Blind Guardian. La banda de Hansi Kursch dio un buen concierto, echándole ganas y motivando al público para que participara en el show. A ritmo de temas inmortales como “Nightfall”, "Noldor (Dead Winter Reigns)", The Script For My Requiem", "Bright Eyes" o “Mirror, Mirror” los asistentes se fueron dejando llevar por la magia de este grupo y contribuyeron para que la actuación de los Guardian fuera más que correcta.
Y por fin llegaba el momento mas esperado del día: la actuación de Kiss , 11 años después de su última visita. Los conciertos de las bandas en el festival llevaban más de media hora de retraso sobre el horario previsto y por lo tanto en vez de a las 00.40 horas Kiss salieron a escena casi a la 1.15.
Nada más terminar la actuación de Blind Guardian, comenzó a sonar por los altavoces el “Won´t Get Fooled Again” de The Who, señal inconfundible de que el show va a comenzar. Cayó el enorme telón negro con el logo de Kiss y los nervios empezaron a apoderarse de nosotros. Una vez terminada la canción empezó a oírse la típica nota grave que nos avisa de que todo está apunto y ya la emoción era incontenible. De repente se escuchó lo que todos queríamos oír: “Aaaaaaalright Bilbao!! You wanted the best! You got the best” The hottest band in the world!! Kiss!!!!!!!!!!!!!!!!”
Comenzaron a sonar los acordes iniciales de “Deuce” y una explosión inundo de luz todo el escenario. Cayó el telón y ahí estaban: ¡¡¡Kiss!!! Bajaron desde el techo en su habitual plataforma y ya el público estaba totalmente entregado. Sin descanso empalmaron con “Strutter” y aquello nos dejó en éxtasis, un éxtasis del que ya no saldríamos en toda la actuación. Tras esta Paul Stanley se dirigió a nosotros y chapurreó un poco en español, esta vez en castellano y no en mexicano como hace 11 años. Como se esperaba, fueron cayendo casi todas los cortes que integran el disco “Alive!”, es decir, “Got To Choose”, “Hotter Than Hell” con el número de escupir fuego por parte de Gene, “Nothin´To Lose”… Sólo se dejaron tres temas del “Alive!”: “Firehouse”, “Rock Bottom” y “Watchin´You”; pero es comprensible ya que si no el show se hubiera alargado demasiado, y tenían que dejar sitio para otras canciones de su discografía.
En entrevistas previas al concierto, Gene Simmons declaró que Kiss llegaban a Bilbao con todo su montaje, y desde luego no mentía. No he visto ninguna banda que use tanta pirotecnia en un concierto; prácticamente cada canción tenía su explosión garantizada en el punto culminante, lo que hacía que la gente se volviera totalmente loca.
Incluso Tommy Thayer hizo el truco que nos solía regalar Ace Frehley, en el cual dispara con la guitarra a dos focos del escenario. Por cierto muy buena la labor tanto de Tommy como de Eric Singer, los dos hachas que aunque ocupen una personalidad que no es suya tocan muy bien y están a la altura del show tanto técnicamente como visualmente.
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“C´mon And Love Me” sonó bestial y en “100.000 Years” pudimos vivir lo que tantas veces hemos visto en los vídeos de las actuaciones de Kiss en los ´70, a Paul Stanley preguntándonos entre llamaradas de fuego “Do You Feel Right?” . ¡Increíble! Para presentar “Cold Gin” Stanley nos dijo lo típico de “Si bebes, no conduzcas” , pero añadió: “No queremos que os hagáis daño, os queremos sanos… ¡¡porque el año que viene vamos a volver!!” Así que ya sabéis, confirmado por el propio Paul Stanley: ¡¡el año que viene Kiss volverán de gira a España dentro de un nuevo tour europeo!!
“Let Me Go Rock N´Roll” y “Black Diamond”, antes de la cual Paul se atrevió a modo de broma con el inicio de “Stairway To Heaven” de Led Zeppelin, dieron paso al final de la primera parte del concierto, con la infaltable “Rock N´Roll All Nite”. Confeti, fuegos artificiales, explosiones y todo tipo de luces convirtieron aquello en una verdadera fiesta de Rock N´Roll. Por supuesto, y como debe ser, Paul partió su guitarra.
Tras un breve descanso, la banda volvió al escenario para tocar algunos otros éxitos de su extensa discografía. Iniciaron esta segunda parte como la habían terminado, de forma festiva al ritmo de “Shout It Out Loud”. Os podéis imaginar la reacción del público… Tras esta llega el momento de la cañera “Lick It Up” muy bien recibida por los asistentes y en medio de la cual insertaron un trozo del “Won´t Get Fooled Again” de The Who.
Poco a poco nos acercábamos al final, pero todos sabíamos que faltaba algo…¡Gene tenía que vomitar sangre! El escenario se oscureció, y unas siniestras luces verdes y rojas iluminaron al “demonio” Gene. Este, como siempre en este punto, nos miró de forma amenazante y empezó a vomitar sangre como si de un verdadero monstruo se tratara. Tras esto levantó los brazos y ascendió hasta una plataforma situada en lo alto del escenario. Desde allí y ante la atónita mirada del público interpretó la increíble “I Love It Loud”.
“I Was Made For Lovin´You” puso la nota más bailable del concierto y nos recordó que ningún estilo es incompatible con el Rock si se sabe adaptar de la forma correcta. Y llegó el momento en el que P aul tenía ganas de acercarse más a nosotros. Nos preguntó si nosotros queríamos, a lo que obviamente contestamos que sí. Entonces marcó el inicio de “Love Gun” y se agarró a una barra que lo transportó por encima de nuestras cabezas hasta la torre destinada a la prensa y los invitados. Desde allí cantó “Love Gun” para alegría de los fans que estaban más cerca.
Vuelta al escenario y momento para el último tema de la noche: “Detroit Rock City”. Como siempre Paul, Gene y Tommy se situaron en la parte delantera del escenario y comenzaron a tocar el impresionante riff de este temazo. Fue un momento realmente emocionante, y puso la guinda a la inmejorable actuación de Kiss. Ante fuegos artificiales, chispas y explosiones la banda se despidió de las 30.000 personas allí congregadas. Y el sueño terminó. Sin duda lo mejor del día, y a juzgar por los comentarios de la gente, lo mejor del festival.
Aturdidos aún por las más de dos horas de concierto de Kiss nos dirigimos rápidamente al escenario 2 para presenciar la actuación del último grupo del cartel, los incombustibles Saxon . Aunque la jornada había sido agotadora muchos fueron los que se acercaron a ver al señor Biff Byford y los suyos. Y es que, como él bien dijo, teníamos unos “fucking grande cojones” por estar ahí viéndoles a las 3.30 horas de la mañana.
Aun así, el esfuerzo mereció la pena ya que Saxon hicieron un conciertazo, empezando con la nueva “Attila The Hun” y siguiendo con clásicos como “Motorcycle Man”, “To Hell And Back Again”, “Dogs Of War” o “Strong Arm Of The Law”. Biff Byford estaba realmente impresionado por la cantidad de gente que había viéndoles a esas horas y no paraba de agradecernos nuestra presencia. Siguieron tocando piezas sagradas de su carrera como “Crusader” y “Wheels Of Steel”. Aún así supieron dar cabida a más cortes de su último disco “The Inner Sanctum”, como “Let Me Feel Your Power” y “Ashes To Ashes”, los cuales fueron muy bien recibidos por la audiencia. Algunos clásicos más como “Princess Of The Night” y “Denim And Leather” y su actuación llegó al final entre los aplausos del público. ¿Hora? Las 4.45. Agotados pero satisfechos, unos nos dispusimos a ir al punto de encuentro para coger nuestros buses y volver a casa (pobres ilusos de nosotros), otros fueron a recoger sus tiendas de campaña y otros se quedaron siguiendo la fiesta en la carpa.
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Así llegaba a su final la primera edición del festival Kobetasonik, el cual esperamos que tenga muchas más en el futuro y que todas sean al menos del mismo nivel de calidad que esta.
Texto y fotos: Roberto Sada y Angel Silva